PADRE
AUTORITARIO AMOROSO: El padre autoritario amoroso reconoce,
acepta y asume alegremente, que su vida cambia ante el compromiso con su
hijos y que esto no tiene vuelta atrás; muchas veces prefiere sacrificar
sus aficiones por atender las necesidades de sus
hijos.
Este tipo
de padres tiene claro que sus hijos necesitan lo mejor de sí, porque ellos aprenderán lo que les enseñe (observando viendo, oyendo y sintiendo), por eso se preocupa en darle buen
ejemplo con hechos, acciones y actitudes. El padre Autoritario Amoroso
es tolerante, paciente, no se expresa con reproches, demuestra afecto, límites y
exigencias de manera justa y ecuánime; propicia su iniciativa de su hijo, lo estimula
constantemente, refuerza sus logros y manifiesta
confianza creando un clima armonioso en todo momento, especialmente en el
hogar.
Además es consciente que tiene la responsabilidad de proporcionar a los hijos
una organización para la vida, que incluye las definiciones personales (¿De
dónde vengo?, ¿A dónde pertenezco?, ¿Quién soy?), generando el desarrollo de la
conciencia y de su identidad.
El padre autoritario amoroso, busca
estar siempre presente, traduciendo su sentimiento en tiempo y espacio de calidad. Conoce y
no evade las circunstancias, su misión es formar a sus hijos física,
intelectual y moralmente, con valentía pese
a la circunstancias en su crianza que a
veces generan incertidumbres, ansiedades o angustias; así
como también alegrías que conllevan a la satisfacción de una buena formación.
Realmente estos padres son ejemplares; pero, lamentablemente algunos no pueden criar bien a sus hijos por sus trabajos exagerados, justificado en el sentido de la responsabilidad que termina siendo una excusa para no vivir asuntos importantes de la vida de los hijos y aunque tanto el padre como la madre expresen permanentemente su cariño; los niños, niñas y adolescentes sienten el vacío dejado por la falta de presencia activa.
Hoy en día se debate el tema de la importancia de pasar mucho o poco tiempo con los hijos en el hogar: hay quienes afirman que basta solo con calidad de tiempo, pero hay otros que prefieren la cantidad.
Son tantas dudas acerca de si los vacíos de la personalidad, traumas y hasta las incursiones en el mundo de las drogas se incubaron mientras los niños o los adolescentes no tenían a ninguno de sus padres lado para plantearles una inquietud en el momento en que necesitaban formularla.
Al evaluar la teoría de que en la crianza de los hijos es suficiente dedicarles poco tiempo siempre y cuando sea de muy buena calidad, se encuentra que no parece tan segura dicha teoría, pues la mayoría de los jóvenes que han experimentado la ausencia de sus padres, presentan un balance no satisfactorio en la relación felicidad - desarrollo. Muchos hijos manifiestan la existencia de un vacío interior: la ausencia de sus padres, pues sienten el desinterés de los mismos, por estar concentrados en sus labores.
Realmente estos padres son ejemplares; pero, lamentablemente algunos no pueden criar bien a sus hijos por sus trabajos exagerados, justificado en el sentido de la responsabilidad que termina siendo una excusa para no vivir asuntos importantes de la vida de los hijos y aunque tanto el padre como la madre expresen permanentemente su cariño; los niños, niñas y adolescentes sienten el vacío dejado por la falta de presencia activa.
Hoy en día se debate el tema de la importancia de pasar mucho o poco tiempo con los hijos en el hogar: hay quienes afirman que basta solo con calidad de tiempo, pero hay otros que prefieren la cantidad.
Son tantas dudas acerca de si los vacíos de la personalidad, traumas y hasta las incursiones en el mundo de las drogas se incubaron mientras los niños o los adolescentes no tenían a ninguno de sus padres lado para plantearles una inquietud en el momento en que necesitaban formularla.
Al evaluar la teoría de que en la crianza de los hijos es suficiente dedicarles poco tiempo siempre y cuando sea de muy buena calidad, se encuentra que no parece tan segura dicha teoría, pues la mayoría de los jóvenes que han experimentado la ausencia de sus padres, presentan un balance no satisfactorio en la relación felicidad - desarrollo. Muchos hijos manifiestan la existencia de un vacío interior: la ausencia de sus padres, pues sienten el desinterés de los mismos, por estar concentrados en sus labores.
Estos padres habitualmente exigen poco a sus hijos. Además, les
han
dado todo lo que piden para acallar sus demandas y quizás también para sofocar su propio sentimiento de culpabilidad, pues lo que están haciendo es
rehuir el compromiso con sus niños.
Este estilo de padres
con frecuencia se niega a imponer
una
disciplina y no reconoce la supremacía de los valores humanos y espirituales por encima de los materiales. Se
ocupan y preocupan más por ellos mismos y por sus éxitos que por los
de sus hijos, excusándose en el argumento de que esto ocurre por la vida tan agitada y ajetreada
que hay
que llevar, llena de preocupaciones personales, familiares,
morales, económicas, de trabajo, entre
otras.
A continuación le mostraré un cuadro que le indicará cuáles son las características de un padre Autoritario Amoroso.
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